En esta propuesta El supermercado se convierte en un objeto de conocimiento sobre el que se efectúa un recorte para aprehenderlo desde un área determinada. En este caso, las Ciencias naturales proporcionan el marco para trabajar un aspecto del contenido «alimentos», la conservación de los mismos. Trabajar sobre los alimentos permite comprender algunos fenómenos del mundo que nos rodea. Las experiencias sobre casos particulares posibilitan el análisis y la generalización propios de las Ciencias naturales. Estos primeros pasos constituyen el comienzo de una alfabetización científica.
La propuesta
Esta propuesta se realizará en una sala de cinco años, se centra en la indagación acerca de los diferentes tipos y tiempos de conservación de los alimentos que se venden en el supermercado.
Objetivos
- Profundizar acerca de la necesidad de conservar los alimentos.
- Valorar la importancia de la información provista en los envases de los alimentos.
- Conocer algunas prácticas de conservación de alimentos.
Contenidos
- La información en los envases de los alimentos permite conocer el modo de conservarlos mejor y la fecha después de la cual es peligroso consumirlos.
- La temperatura y la humedad son condiciones que intervienen en la conservación o descomposición de los alimentos. Las bajas temperaturas y las altas temperaturas.
- Las señales de la descomposición de los alimentos.
- La conservación de los alimentos y su estrecha relación con la salud.
Comienza el proyecto
1. El docente lleva al aula distintos productos: un pote de yogur, un envase de pan lácteo, una lata de tomates y una bolsa de alimentos congelados. Distribuye los alimentos, asigna un tiempo para que los alumnos los observen y luego pregunta acerca de la información que aparece en las etiquetas de los envases: nombre del producto, peso, fabricante e información importante para la salud del consumidor. Si los niños no puedan reconocer esta información, el maestro mostrará la fecha de vencimiento y explicará qué significa.
2. Luego puede formular las siguientes preguntas que resultan útiles para ampliar el tema:
- ¿Es cierto que sólo los alimentos que se guardan en la heladera tienen fecha de vencimiento?
- ¿Todos los alimentos necesitanigual nivel de frío para mantenerse en buen estado?
- ¿Los alimentos que no se guardan en la heladera se conservan en buen estado para siempre?
- ¿Cómo nos damos cuenta de que un alimento está en buen o mal estado?
Es interesante registrar las respuestas de los niños y solicitarles la fundamentación correspondiente. Para que esto suceda, es importante que el grupo haya trabajado previamente sobre la argumentación. Si se quiere avanzar en la alfabetización científica, debe acordarse con los niños que, responder por sí o por no, no resulta un fundamento válido. También deben saber que pueden decir «No sé» y que eso no invalida su respuesta sino que, por el contrario, invita a seguir investigando.
3. Luego de la conversación, el docente propone realizar una salida al supermercado para tratar de responder algunas de las preguntas que quedaron sin respuesta o con múltiples respuestas diferentes.
La preparación de la salida
4. Teniendo en cuenta los aspectos que los niños habrán de indagar, el maestro habrá acordado previamente con los encargados del supermercado que los alumnos puedan conversar con las personas que tienen a su cargo el mantenimiento de las heladeras, el control de frío para los alimentos y la reposición de los productos perecederos. El docente recorrerá el espacio del supermercado para diseñar algunos trayectos posibles para el día de la visita.
5. En el aula, el docente y los alumnos revisan las preguntas que no pudieron responder o tuvieron respuestas diferentes. El maestro las registra en una hoja grande para que quede pegada en el aula. Estas preguntas serán formuladas a los encargados del supermercado. (¿Todas las heladeras enfrían igual? ¿Qué alimentos se guardan en unas y en otras? ¿Cómo llega al supermercado un alimento que necesita frío? ¿Cómo sabe el encargado cuándo un alimento está vencido? ¿Qué hace con él? ¿Cómo sabe cuánto frío requiere cada alimento? ¿Cómo se controla?, etc.) Luego recuerdan, enumeran y ordenan aquello que ya saben:
- Algunos alimentos necesitan la heladera para conservarse en buen estado.
- Otros pueden estar fuera de la heladera y se conservan un tiempo prolongado si tienen el envase bien cerrado.
- Otros deben ser guardados en la heladera apenas se abren.
- Los alimentos que necesitan heladera tienen fecha de vencimiento.
- No están seguros de si los otros alimentos también la tienen.
Una experiencia paralela
El docente propone a los niños realizar en el aula una experiencia de conservación. Para esto selecciona cuatro tipos de alimentos y, con el fin de comparar, toma de cada tipo dos idénticos: dos vasos iguales que contengan la misma cantidad de leche (si es necesario marcarán el nivel con una línea en el vaso), dos bananas, dos zanahorias, dos rodajas de pan lácteo. Uno de los alimentos quedará en el aula a temperatura ambiente y el otro se guardará en la heladera de la escuela. Diariamente, los niños observarán y registrarán por medio de dibujos y comentarios escritos los cambios que vayan observando. Es necesario que la maestra explique a los niños la función de los «alimentos testigo». Estos permiten controlar variables tales como cantidad, calidad y peso, en relación, en este caso, con otra única variable: las condiciones ambientales (por ejemplo, la progresiva descomposición de los alimentos será consecuencia de la exposición a la temperatura y la humedad). A medida que se vayan produciendo los cambios, las intervenciones del docente se orientarán hacia la comparación entre el alimento observado y su testigo. La observación sistemática y el seguimiento permitirán a los niños obtener conclusiones similares a las siguientes:
- Los alimentos fuera de la heladera se descomponen. Esto se comprueba por el mal olor y el cambio de color y de consistencia, así como por la aparición de cuerpos nuevos que pueden observarse con lentes de aumento.
- Estos alimentos no se pueden consumir porque afectan la salud. El mal olor, el cambio de color o la aparición de elementos extraños funcionan como señales para evitar su ingestión.
- Según el tipo de alimento, la descomposición será más o menos rápida, pero en todos los casos se produce.
Para que los niños trabajen a la manera de las Ciencias naturales, es importante que puedan arribar a algunas generalizaciones a partir de los casos particulares. Por ejemplo:
- Todos los alimentos que están elaborados con leche no pueden estar fuera de la heladera porque se descomponen.
- Todos los alimentos se descomponen, aunque en distintos tiempos.
- Los causantes del deterioro de los alimentos son unos seres vivos muy pequeños, llamados microorganismos.
- Cuando se ingieren alimentos en descomposición, resultan peligrosos para la salud.
En una segunda etapa podrá realizarse el seguimiento de la transformación del alimento testigo. Esta observación permitirá comprobar que la conservación en frío retarda la descomposición de los alimentos.
En el supermercado
Al llegar al supermercado, los niños deben tener en claro qué tareas van a realizar. Para trabajar mejor, es conveniente organizarlos en tres grupos:
- Los que trabajarán en los sectores donde los alimentos se conservan en la heladera. Este grupo averigua a qué temperatura está regulada cada heladera y qué tipo de alimentos se guardan allí.
- Los que realizarán la entrevista al encargado del sector, le formularán las preguntas previstas y grabarán las respuestas.
- Los que recorrerán las góndolas de alimentos no perecederos buscando en los envases la información de vencimiento u otra que brinde el envase.
Cada grupo estará acompañado por un adulto –docente, padre o ayudante–, que colaborará con el grupo en las tareas asignadas. Si es necesario escribir, el adulto se encargará de ello.
Otra vez en el aula
Con la información recabada en el supermercado, los niños pueden sacar algunas conclusiones y realizar algunas operaciones que contribuyan a la construcción de la alfabetización científica. Podrán clasificar los alimentos según el grado de frío que necesitan, indagar por qué algunos alimentos que se guardan sin frío en el supermercado se conservan en la heladera en las casas, reconstruir la cadena de frío, registrar las consecuencias de la descomposición de alimentos, elaborar recomendaciones para leer las etiquetas de los envases y para distinguir un alimento de otro en el proceso de descomposición. Este proyecto puede ser continuado tomando algunos contenidos relacionados con el cuidado del cuerpo, o bien trabajando con los niños algunos procesos sencillos de conservación de alimentos (fabricación de dulces, escabeches, salmuera, etc.).
Bibliografía
- COLL César, Aprendizaje escolar y construcción del conocimiento, Cap. VI y IX, Buenos Aires, Paidós, 1993.
- WEISSMANN Hilda, «Qué enseñan los maestros cuando enseñan Ciencias Naturales y qué dicen querer enseñar», en Didáctica de las Ciencias Naturales. Aportes y Reflexiones, Paidós, Buenos Aires, l993.
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